domingo, 19 de octubre de 2008

Relato corto bajo los árboles

Ya todo murió... o al menos así lo ve el lado negativo de mi mente. Antes todo era fácil, nos esfumábamos y volviamos a ser, hasta que el beso de despedida, tal vez mas largo que los otros, me encogiese (ese momento específico en el que me succiobana adentro con la fuerza de una aspiradora).

Me pienso, o mejor dicho: te pienso (el recuerdo está en tercera persona), en el espacio debajo de los árboles donde alguna vez disfrutabamos del simple pasar del tiempo. Aunque a decir verdad ahí el tiempo no se sentía, no era algo importante: solo nosotros lo éramos... nuestro silencio... y las miradas.. miradas fugaces... miradas en las que los segundos se acortaban contradiciendo las leyes de la física... en fin: miradas (esas dicen mucho y no dicen nada).

Por otro lado, ¿Valía la pena decir algo? Hubo buenas charlas, claro. Pero más aún, disfrutábamos del silencio. Como músico que me hacía llamar, yo sabía el verdadero significado del silencio: tan musical como las notas, sus contrapares. Y así era el silencio de ella: muy musical a su manera...

Ahora me siento. Y pienso. ¿Cuál era el significado de tu silencio? Podía ser la tranquilidad en sí, o simplemente una omisión. Al parecer ese fue el problema: nunca supe lo que significaba.

Vos, víctima de la razón. Yo, víctima de tu silencio.


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